Sintió que se hundía en una cascada de antiguas voces,
susurros de viento que le empujaron la espalda.
Fue en leve descenso.
Ella ahora atraviesa el manto de vapor de la mañana,
sus pasos se hunden en las hojas que no crujen.
Recrea sonidos,
dulces huellas de un pasado despojado de nostalgia.
Es aliviador haber dejado el peso extra en alguna orilla
y llevarse solo lo que quepa comprimido,
sustancioso, como fibra propia.
La caminata se hace extensa
cuando la búsqueda se convierte en propósito..
Casi acostumbrada a los pasos a destiempo
inventa nombres y ciudades que cobijan historias,
memorables lecturas iluminan su escritura en puntos suspensivos...
La mirada se mantiene imprudente
salteando las líneas del panorama,
siempre priorizando la espontaneidad a la perfección..
Suelta otra vez sus barcos de papel en la corriente,
la suerte influye,
el propio impulso orienta.
el propio impulso orienta.
Bea Moreno