31 de octubre de 2010

Inquieto



Con dos cajas armaste el barco.
Tus duendes inquietos decidieron flotar y probar la redondez de la tierra.
Asomarse al arco iris, dormirse en los atardeceres.
Sonríes cuando recuerdas aquellos saltos desesperados entre las piedras y la corriente. Sí que cortaste el cordón umbilical de una vez..
Y nada te sujeta
La vida, sabes, se esconde en esas emociones.
Obsesión por sentir que hay del revés de lo que se ve.
Te vas en el vuelo del pájaro, regresas en nubes cargadas.
La esencia respira en todo lo que se mueve, allí te descubres.
Tus estrellas son triángulos que armas a puro antojo, escribes notas, dibujas las rutas, pruebas de tu propia alquimia.
Ojala pudiesen encenderse todas juntas las chispas entre el edén y el infierno -piensas-, un único fuego que arda para que todos vean que apenas hay diferencia.
Que el mundo visible y el invisible se superponen.



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