26 de junio de 2012

Segunda Página.......


Encontré mi profundidad en el matiz verde de tus ojos,
intersección absoluta donde no existen  laberintos..
Aterricé en tu suelo noble,
allí donde se mezclaron nuestras raíces
que son  manos  despiertas que siempre se buscan..   
Mi fatal error derramó una inesperada  savia
que ahora es luz y planta en natural belleza.
Tal vez no haya campos continuos,
ni más amaneceres que atraviesen  los peñascos.
Hubo un  sacrificio antes  de atravesar la niebla
para dirimir las ansias
y tocar el fuego..
Ya no importa si  habrá segunda página..




                                               Bea

23 de junio de 2012

Yo sé



Yo sé que es el amor con su poderío avasallante
el único que desata mis mareas
y desarma todas mis penumbras..
Pero me cubro de escudos cuando asoma,
me escondo en mis propias entrañas.
Como si quisiera observar desde adentro
que lo que da fuerzas también arrasa.

                                                   
                                                   .  .  .  .  .  .  .  .   


Faro plantado en la herida arena,
las grietas se iluminan de a ratos .
Con todos los talentos que me quedan
transformaría esta víspera de final
en trazos dorados de calma.
Para esparcirlos en el viento,
para dejar a salvo todas las metáforas,
como rastros de lo intensamente vivido.
                       

                                                  
                           Bea

2 de junio de 2012

Amor y Final

Como si tuviese que salvar al mundo de uno en uno,
así era su misión.
Escondía una reivindicación tan grandiosa, 
como la de justificar una vida.
Mientras,
el mínimo tiempo  se iba descontando ante sus ojos.
Huía  dos horas   delante de su   verdugo, 
con  tensión de tigre  caminando entre hierros.
Lo último será   lo que perdure en lo eterno, pensaba.
Detenerse a beber el letal  paisaje
o seguir sosteniendo esa ínfima diferencia con el final..
Todo el tiempo transcurrido antes siempre estuvo muerto;
no se parecía en absoluto a esas horas definitivas
en las que el cuerpo exaltado lame las últimas gotas.
En las que el ancho cielo  se bifurca.
Palpar por fin ese  amor que se abre milagroso
para caminar despacio hacia el precipicio.